Si eres un amante de la parrilla sabes que el carbón que utilices es fundamental para conseguir el sabor y la textura que deseas en tus cortes de carne, pescados y vegetales.

Ahora te hablaremos sobre los diferentes tipos de carbón que existen para la parrilla en el mercado y cuál es la mejor opción para cada situación.

Carbón Vegetal:

Este se obtiene de la combustión de madera en ausencia de aire. Es una opción popular debido a que es fácil de encender y produce un calor alto y constante. Además, no tiene aditivos ni químicos añadidos y proporciona un sabor ahumado intenso y natural a los alimentos. Sin embargo, este puede ser más costoso que otras opciones. 

Briquetas de Carbón: 

Las briquetas de carbón se fabrican a partir de polvo de carbón comprimido con un aglutinante. Son más económicas que el carbón vegetal y arden durante más tiempo, a una temperatura más baja. Ideales para cocinar por largos periodos de tiempo. Sin embargo, las briquetas suelen contener aditivos químicos que pueden afectar el sabor y la salud. 

Carbón de Leña:

Este se fabrica a partir de la combustión de madera a altas temperaturas y en ausencia de aire. Es similar al carbón vegetal en cuanto a su sabor ahumado, pero a menudo es más costoso. El carbón de leña arde a una temperatura más alta que las briquetas de carbón, por lo que es ideal para asar cortes de carne gruesos y cocinar a la parrilla a altas temperaturas. 

Carbón mineral:

Se extrae de la tierra y se quema para producir carbón para la parrilla. Es una opción menos popular debido a que produce más cenizas y humo que otras opciones. Además, algunos tipos de carbón mineral contienen aditivos químicos que pueden afectar el sabor de los alimentos. 

En conclusión, el mejor carbón para parrillar dependerá de tus necesidades, preferencias y presupuesto. Si prefieres un sabor ahumado natural, el carbón vegetal o de leña pueden ser la mejor opción. Si buscas una opción más económica que arda durante más tiempo, las briquetas de carbón son buena elección. En cualquier caso, asegúrate de elegir un carbón de calidad y evitar aquellos que contengan aditivos químicos.