Obviamente hicimos un asado.
No tenia mucha carne (como te decía la carne no es tan importante)
¡Pero si bastante bebestible!
Nos contó sus historias en Italia y le contamos las nuestras en Chile.
Hablamos, hablamos y hablamos.
¡Hablar con una piscolita no tiene precio!
Volvimos a crear un momento irrepetible…probablemente no la veamos en años.
Aunque con la tecnología la veo todos los dias…jajaja.
¡Pero no es lo mismo!
Las reuniones en persona son los mejor.
Y otra vez nos pudimos juntar alrededor de una parrilla.
No era una Moller…pero eso tampoco importa mucho.
Lo importante es que la vimos.
Nos juntamos, reímos, compartimos…nos queremos.
Ella volverá a Italia y nosotros a Temuco.
El encuentro fue en Santiago.
En el departamento de mi compadre.
Tengo dos hijos y un compadre...es mi recompadre.
Este ser si que tiene historias...algun dia te las voy a contar.
Ella seguirá en sus estudios, yo creo que no volverá a vivir por estos lados.
Como esta la “cosa”…lo mejor es que se quede por allá.
Yo seguiré en lo mio.
Mira.
Como te dije en mi mail anterior:
No te preocupes tanto por la parrilla.
¡De eso me preocupo yo!
Mi secreto:
La parrilla la hago para mi…no para ti.
La hago lo más simple posible y que me sirva para otras cosas.
(Hasta para maestrear la uso…otro día te cuento como hago esto).
Es cara, obvio, si la hago para mi.
La fabrico con la mejor calidad.
No vas a creer que me haría algo malo.
¡No me haría una piscola con bebida sin gas!
“Tenis que hacer una más barata”…me dicen mis amigos.
A veces me convencen…pero no me gusta…tengo que sacrificar calidad.
Esto me enerva…siempre vuelvo a la calidad.
Tu preocúpate de crear recuerdos, de juntarte con amigos.
Sobre todo de hacer asados con tu familia…
Enséñale a tus hijos a hacer fuego.
A poner la carne.
A cortar, a servir, a retirar…
Y la mejor enseñanza
A lavar los platos.
Hablamos!
🤠
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