Verano, enero 1998... siglo pasado.
Voy al extinto Muñoz Hermanos de
Javiera Carrera en Temuco.
Le digo al carnicero:
"Deme la plateada más grande que
tenga, pero sáquele toda la grasa."
Nunca había visto a alguien abrir tan
grande los ojos (hasta hoy los veo).
Miró alrededor, a sus compañeros
carniceros y nada más me dijo:
¿Seguro?
Muy decidido y altanero, respondí:
"Seguro...quiero toda la grasa fuera"
Se acabó la tensión, elige la pieza, le
saca toda la grasa, pesa mi compra,
me la pasa, paso por caja y me voy.
Llego a mi casa, congelo mi asado y
me olvido.
Abril 1998...aún siglo pasado.
Estaba recién de pololo con la Carola
(ahora mi señora) y mi recompradre
nos invita a una cabaña en Laguna
Verde, Parque Nacional Conguillio.
(Curacautin, IX Region, precioso)
Mi recompradre Feñita, está casado
con la Jaque, hermana de la Carola,
entonces era casi un viaje familiar...
hasta mi suegra fue.
Yo recién llegado a la familia.
"Feñita", le dije orgulloso,
"yo tengo una
plateadita para llevar"
"Claro pues compradre", me dijo,
"llévela nomás."
(No éramos compadres, pero ya nos
llamábamos así, no se por qué)
En la tarde, salgo de la pega en el Bice
agarro mi Mitsubishi Colt verde,
mi bolsito, hecho mi plateada
(congelada como palo).
Paso a buscar a la Carola y
¡Nos fuimos de paseo a la montaña!
Arriba ni me acordé de mi carga, mi
compadre llevo estomaguillos, los
hicimos al palo, exquisitos, tomamos,
paseamos, tomamos, conversamos
y seguimos...¡creando recuerdos!
El domingo cuando nos volvíamos,
recién me acordé de la plateada.
- Chuuu compadre...¿que hacemos?"
- ¿Hagámosla cuando lleguemos?
- ¡Ya nomás!
Aprovechamos de invitar a mi suegro,
que no fue al paseo por pega y otros
comensales...la plateada era grande,
¡Necesitábamos refuerzos!
La saco. La vieron.
Todos me miran con
los mismos ojos del carnicero.
La ensartamos, se hizo, cortamos
y servimos.
Silencio.
Ese silencio de mesa que significa:
O, está muy bueno o muy malo.
Mi suegro alza sus ojos azules,
se arregla los bigotes,
mueve sus cejas,
lanza su risa contagiosa y dice:
"Esta buena...pero dura como suela!"
Hasta hoy me suben al columpio...
no importa cuantos asados les haga
y los corten con cuchara..siempre se
acuerdan de "la suela" del pololo de
la Carola, que trabajaba en un banco y
que llegó en su Colt verde.
Moraleja:
Cuando compres una plateada,
no le toques su grasa.
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